Desde la óptica de la educación ambiental, todas las actividades de formación ambiental tienen como fin modificar la conducta de los miembros de las comunidades y propiciar actitudes que sean adecuadas con la conservación del entorno y que principalmente conlleven al aseguramiento de la supervivencia de la especie humana.
En Colombia, la educación ambiental se define como: “como el proceso que le permite al individuo comprender las relaciones de interdependencia con su entorno, a partir del conocimiento reflexivo y crítico de su realidad biofísica, social, política, económica y cultural para que, a partir de la apropiación de la realidad concreta, se puedan generar en él y en su comunidad actitudes de valoración y respeto por el ambiente” (MAVDT, 2002), y se comprende por tres fases principales: la sensibilización, la formación en valores y la capacitación.
El documento está comprendido por cuatro capítulos, entre los que se destaca el capítulo tres: Plan de Capacitación.
El proceso formativo se propone en tres instancias dirigidas a tres grupos poblacionales diferenciados, de acuerdo con la participación o nivel de responsabilidad en el PIGA.
La primera instancia se denomina sensibilización y el objetivo es introducir, en la temática del PIGA, la importancia de su gestión.
La segunda, busca divulgar aspectos específicos, así como las actividades propuestas para la correcta implementación del PIGA en el Centro de Gestión Industrial.
La tercera está dirigida a los Instructores, personal de aseo y de mantenimiento y al personal administrativo, quienes en últimas son los responsables de las labores operativas y el seguimiento y evaluación del programa.
Hernando Enrique Bohórquez Ariza
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